22/11/10

Mierda!


¡Mierda! ¡Todo es una gran MENTIRA, una FARSA! Cansada de vivir en este mundo tan mentiroso, tan psicópata, tan… ya ni palabra para describirse tiene. Ya la gente de este mundo no sabe como llamar la atención de los demás, a veces es una llamadita inofensiva, pero hay veces que molestan y por demás, y ahí empieza la mentira, esa llamada de atención, ¡esa mentira puede llegar a matar a una familia entera! Y no exagero, si alguien te dice “me mato, adiós” solo para llamar la atención, puede hacer pelear a su familia, si claro que si, miremos lo que puede llegar a ocurrir a continuación y por sobre todas las cosas la persona que se iba a matar sigue viva y coleando planeando otra mentira…

Mentiras, por mas pequeña que sea es una mentira, y esta trae a otra, y a otra, todo es así, es un gran circulo, un gran circulo vicioso; no termina nunca, y cuando se quiere decir la verdad ya es tarde, nadie te cree, como en el cuento del lobo y el pastor, mintió tanto y cuando sucedió ya nadie le creía; y todo ¿porque? ¡Por querer llamar la atención! Todo por querer decir acá estoy yo, y como no saben como hacerlo de una manera inofensiva, lo hacen mintiendo. Ya es agotador y a uno ya no le dan ganas de preguntar que pasa, de ayudar.

12/2/10

La Chica Sin Suerte


Las chicas sin suerte siempre somos espectadoras, nunca protagonistas. Pero ser espectador o protagonista depende solo de una decisión.
A las chicas sin suerte NUNCA nos dan un protagónico, siempre somos nosotras las que tenemos que ir, pararnos en el centro del escenario, debajo de la luz, y decir “ACÁ ESTOY ”.
Las chicas sin suerte vivimos lamentándonos por lo que nos tocó en suerte. Pero cuando nos REVELAMOS , cuando agarramos el toro por las astas, algo empieza a cambiar.
Las chicas sin suerte creemos que somos como una balsa en el mar, a la deriva. Pero podemos nadar, podemos patalear, remar… está bien, tenemos que remar mucho, sí, pero remado llegamos a donde nosotros queremos, no a donde el mar nos lleva. Ya no necesitamos la suerte, porque la suerte la hacemos nosotras.
Las chicas sin suerte nunca somos amadas. Y como no somos amadas las chicas sin suerte tenemos que hacer algo para que nos amen.
Para las chicas sin suerte ser amadas es un trabajo, un esfuerzo.
La suerte de la fea la linda la desea. Pero la fea no tiene suerte, tiene actitud, ella sabe hacer su propia suerte.
Porque es así, los que no tenemos suerte tenemos que ser prepotentes, estirar la mano y agarrar lo que la vida nos mezquina.